Cuando acabó la actuación todo el público salió en tropel. Algunos simplemente se quedaron en el bar tomándose la última antes de irse a sus casas. Nosotros en concreto decidimos esperar en la puerta, a ver si por algún casual se proponía firmar autógrafos. Cuando llegamos a la puerta una gran cola de gente se estaba formando tras ÉL. Por fin conseguiría lo que quería: unas pocas palabras sobre un papel, un gracias por haber venido, un comentario sobre su próximo trabajo; quizá incluso una foto. Pero se oyó el grito de: "¡Eh, tú no eres ÉL! ¡Eres un farsante!" El susodicho farsante levantó por fin la mirada de la mesa, dejando ver una careta bastante cutre del que intentaba imitar. La verdad es que los fans se pusieron demasiado violentos, y claro, el que creíamos ser nuestro ídolo tuvo que huir. Curioso fue que el público en vez de quedarse donde estaba lo persiguió pidiendo explicaciones a lo loco. Pudo ser la sorpresa o la resignación, el caso es que me quedé donde estaba. Cuando se había despejado la puerta salió. No parecía sorprendido con lo ocurrido, al parecer ÉL mismo había contratado a su doble para darle un respiro después de cada actuación.
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